domingo, 30 de octubre de 2011

XY

Los hombres son mejores amigos que las mujeres. Son directos, sinceros, menos escandalosos y, si te ocultan algo, es porque realmente no te interesa o es algo muy cochino. Puedes comer lo que te dé la gana y como te dé la gana frente a ellos. Hablan más despacio. No tienen altibajos hormonales. Si te critican, es por algo que vale la pena. Puedes pegarles y no se molestan (porque no les duele), puedes gritarles y no se resienten. Sus consejos son más analíticos; a veces, hasta más efectivos. Son cheverotes, pero hay momentos en los que necesitas que te digan que eres la mejor, que nunca te harán a un lado y que te entienden a la perfección. Esos son los momentos en los que necesitas amigas. ¿Qué pasa cuando escasean? Escribes.

sábado, 8 de octubre de 2011

Tercer y último cuento de Lucha Libro

Elementos: Tajador, pop corn, tarántula
(Me descalificaron porque no puse pop corn)

Combo para 27

Me desperté tarde, como de costumbre. Había sentido un pequeño picón en la mano. Todavía seguía medio adormilada y no quería abrir los ojos. Sin embargo, mi cabeza empezó a dejarse llevar por mi inconsciente e imaginé que era un oso que me hacía cosquillas, o quizás una tarántula gigante que acechaba mi sueño.

Decidí abrir los ojos antes de que los monstruos se pusieran más agresivos y encontré que solo había sido un pequeño mosquito. Alisté mis cosas para salir a enseñar. Hoy era uno de esos lunes terribles y nublados en los que los niños estarían medio adormilados y sin lápices ni tajador. Opté por hacer mi clase diferente.

Llegué al salón y me los encontré sentaditos y bien peinaditos. Les comenté mi plan y se quedaron estupefactos, no lo podían creer. Algunos dijeron que sus mamás no los dejarían, pero yo estaba segura de que no se opondrían.

Cogí mi cartera, los niños, sus maletas y nos encaminamos al cine de la avenida Benavides. Era el más seguro. Pedí en caja 27 entradas y la señorita me miró extrañada. Solo le sonreí. Llegué al a confitería y pedí combo para 27 personas. Resultó que sí había y me salió mucho más barato.

Los niños se sentaron tranquilos a esperar la película. No sabían que las entradas eran para ver el relanzamiento de la tan aclamada Viernes 13.

Segundo cuento de Lucha Libro

Elementos: Matamoscas, bandera pirata, vaso de leche

El loro matador

Era mi primer viaje marino. Quién lo pensaría, alguien que no sabe nadar, ni siquiera estilo perrito. Me fui a la tienda y compré todo lo que creí necesario. Llegué al Callao, ese lugar misterioso con cierto matrimonio chino. Subí, toda la tripulación me saludó. Me puse mi gorro de capitán, no sin antes darle una galleta a mi loro, es importante darle una recompensa si quiero que me dé la ruta correcta.

Ya llevaba diez días en el mar, hasta ese momento no me había mareado. Era impresionante. Lo único que extrañaba más que la tierra firme, era un vaso de leche frío por las mañanas. Veía el horizonte con tranquilidad cuando de repente, la vi. A lo lejos, flameando como si no fuera asunto suyo estaba la bandera pirata. Les grité a todos que se dirigieran a sus puestos y alistaron los cañones. Mi loro cogió su matamoscas. Me lo había pedido antes de abordar y en la tienda se lo había conseguido. Nos dirigimos a toda la velocidad posible.

Barba morada me miró. Ja. Viejos conocidos sin habernos visto antes, pero lo que él no sabía era que yo tenía un loro con matamoscas para su ejército de insectos voladores. ¿Vencería?

Primer cuento de Lucha Libro

Elementos: Salero, aerosol, cerveza Cristal.

El olor anónimo

Ñam ñam. Qué rico! Hace mucho tiempo que no comía un almuerzo como este. Y no era para menos, acababa de ganar un gran premio. A pesar del ambiente de alegría que se sentía, el mesero se había demorado años en traer la sal. Sí, me gustan las papitas fritas con muuucha sal. Cuando se aproximó con el salero, no pude evitar esbozar una sonrisa. Cuando todos pusimos los cubiertos sobre los platos y los empezaron a retirar, el mismo mesero se aproximó con una cerveza Cristal y la plantó frente a mí. "Es de parte del señor de la mesa del a esquina", dijo. Extrañada, volteé. Era, nada más y nada menos, que un viejo profesor del colegio. Jaime Enriquez. Le hice un ademán saludándolo y me levantó el pulgar como diciendo "Bien hecho". Estábamos a punto de pagar la cuenta cuando se escuchó un "prrff". Todos extrañados nos miramos. Celia miró a Alvaro, Silvia miró a Jorge, Diego miró al otro Diego. Yo agaché la mirada. El dueño se acercó corriendo con un ambientador de aerosol y lo esparció por todo el lugar. Había sido yo, pero por ser la agasajada, seguro que me perdonarían.

Lucha Libro: Impro literaria

Hace dos meses me seleccionaron para participar en un concurso de improvisación literaria llamado Lucha Libro. El reto consistía en escribir un cuento en 5 minutos con tres elementos que te dan en ese momento. Todo lo que escribes es proyectado en la pared blanca detrás de ti. Además, todos los competidores tienen máscaras de lucha libre puestas y un seudónimo. El jurado, que tiene tres personas reconocidas que van rotando cada fecha, es el que decide qué luchador gana. Pude participar tres veces, pues en cuartos de final me descalificaron. A continuación (futuros posts), publicaré los cuentos que hice. Recuerden, 5 minutos, 3 elementos, 1 público expectante.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mi experimento poético

Hoy no me enamoré de ti.

Me contaste por qué llorabas y yo sonreí sin querer.

Ese contacto, que se quedó en deseo sin cumplir,

va y viene, corretea y juega a las escondidas.

Es una lástima que seas más que la luna,

pero que tu brillo no alcance ni al de mi lámpara.

Cogiste una almohada y la apretaste.

Tus amigos, ni caso. Tu madre, ocupada.

Y el viento estaba de viaje con la lluvia.

No me conmoví, creí que actuabas.

Ojalá sanes.

Creo que encontré la libido, te la regalo.

Espera, llegó mi luz artificial.

No sabe que estás aquí.

Cállate.

Tú eres una de esas decisiones complicadas

Que no me escucharás pronunciar.

Dije que te calles.

domingo, 21 de agosto de 2011

Bandera, araña, cebiche

Felipe se despertó decidido a almorzar cebiche. Batalló con sus sábanas y con la punta del pie alcanzó una media que se había caído en medio de la noche. Se arrastró al baño, se desnudó y abrió la ducha fría. "Nada mejor para quitar la resaca", pensó. Cerró el caño y deslizó la cortina. Estaba estirando sus dedos cuando divisó una araña caminando a sus anchas sobre la blancura de su toalla. Saltó, se recompuso y optó por la toalla rosada de su hermana. No mataría a la pequeña intrusa. No es que le tuviera miedo, solo la respetaba. Mentira. Se cambió y salió de su casa, no sin antes revisar el reloj de la sala. Era la hora de almuerzo. Perfecto. Abrió la puerta de su casa y visualizó su calle. Todas las casa tenían banderas sacudiéndose con el viendo. Blanquirrolas iluminadas por una cálida resolana. Era 28 de julio y las 2 de la tarde. Haría cola para comer cebiche. Ya no tenía ganas.

martes, 14 de junio de 2011

Juegos de mesa

Era uno de los días más calurosos de fin de invierno y a Gálvez le tocaba el turno de la noche. Sabía que se iba a aburrir, porque su compañero de guardia, Moreno, sentía cierta fascinación por jugar a las cartas sin descansar. Recordaba las ocasiones en las que se había llevado los naipes al baño para continuar maquinando su siguiente jugada y para prevenir cualquier tipo de fisgoneo de parte de Gálvez, a pesar de haber insistido en que no lo haría.

Decidió que no estaba dispuesto a pasar ocho horas mirando corazones y tréboles, así que optó por hacer un cambio en su compacta mochila: un par de zapatos por el tablero de ajedrez. Con la sensación de tener una carga más liviana, se encaminó a calentar la cena que su mujer le había dejado preparada. Prendió la televisión para que lo acompañara y se concentró en el sabroso ají de gallina. Después de lavar el plato, cogió su diminuto equipaje y emprendió el rumbo hacia la central de policía.

Moreno ya estaba barajando sus naipes, ansioso por vencer a Gálvez, a quien una partida de póker le atraía mucho menos que la orden de trapear el suelo del baño de la central. Sin embargo, aceptó la propuesta. No quería imponer su innovadora idea desde un comienzo, pues Moreno podía crear un anticuerpo que no tenía ganas de combatir. A la mitad del juego, Gálvez estaba concentrado a medias, aunque fingía total atención, y a Moreno le brillaban los ojos del entusiasmo por el triunfo asegurado. Gálvez estaba intentando buscar la excusa perfecta para abrir su mochila, sacar casualmente las piezas de ajedrez y sugerir, como quien habla sobre el clima, una partida. Abrió la boca y lo poco que llegó a pronunciar fue ahogado por el ruido del teléfono. Maldiciendo, espero que Moreno contestara.

Comisaría, buenas noches, sí, ¿me puede decir la placa?, ¿desde qué hora está?, dígame su dirección, muchas gracias, señora, vamos para allá. Moreno colgó el teléfono y le hizo una seña. Era hora de cumplir.

miércoles, 8 de junio de 2011

Sentido arácnido

Como primera incursión en el mundo de los guiones cinematográficos, "Sentido arácnido" es la historia que estoy creando sobre Felipe, mi alter ego versión masculina, con el toque geek gracias a Marci. Aquí les presento el mundo ordinario de mi personaje.

Desde que sus padres fallecieron cuando él era aún pequeño, los cómics sobre superhéroes llamaron la atención de Felipe cual salida de emergencia. Ahora, Felipe vive con su sobreprotectora abuela. Sufre de rinitis alérgica constantemente y eso suele meterlo en problemas con quienes intenta pasar lo más desapercibido posible, Lalo y Paco. Tiene la sana costumbre de recurrir a las historietas de Spiderman para zafarse de los líos con el par de bullies. No suele hablar con chicas a menos que sea una necesidad. Su mejor amigo, Julio, es el primero de la clase y siempre tiene un buen consejo para Felipe, y, sobre todo, es fan de Batman.


Si les gusta, manténganse al tanto, porque publicaré poco a poco las aventuras por las que tendrá que pasar y créanme que no le será fácil.

lunes, 25 de abril de 2011

Reflexiones sobre las elecciones por César Diego Urquizo

Nunca he publicado algo que no sea escrito por mí, pero, por el contexto en el que estamos viviendo, me parece conveniente difundir este gran artículo escrito por un gran amigo.


Algunas reflexiones sobre el modelo liberal y el valor de nuestro voto


Es difícil ser estudiante de economía, pero no sólo por todo el tiempo y esfuerzo que demandan esos complejos modelos con enorme contenido matemático que nos obligan a aprender (y comprender), sino porque existe una tendencia generalizada en las demás personas a creer que a los economistas sólo nos importa la plata. Por ende, cuando intentamos participar de una discusión acerca de políticas estatales, distribución de recursos, inversión privada, etc. con gente que pertenece a otras especialidades, a menudo tildan nuestras medidas liberales de favorecer solamente a los malvados capitalistas y de ocasionar que le arrebaten al pueblo sus preciados recursos que son el legado de sus antepasados.

Pero con este artículo no pretendo ofender a nadie. De hecho, no tengo nada en contra que la gente de todas las especialidades entre a opinar sobre economía, después de todo, es un tema que conscierne a todos y de este depende si tendremos o no de comer. Sin embargo, quisiera hacer un par de aclaraciones, que no buscan tildar a nadie de ignorante, sino que tiene como objetivo desmentir algunos mitos sobre las economías, del mismo modo que un médico podría escribir un artículo acerca de las sustancias que la gente cree que tienen efectos positivos, pero que terminan por hacer daño en el largo plazo.

El objetivo de la economía

El primer mito que me gustaría desmentir, es aquel que dice que "los economistas sólo se fijan en la plata y en las empresas". No hay nada más falso. La economía es una ciencia social, cuyo principal objetivo es maximizar el bienestar de la sociedad. En este punto muchos podrían decir: si eso es verdad, ¿por qué nos importan tanto las empresas privadas? Y la respuesta a eso es uno de los pilares de la economía moderna: "El primer teorema del bienestar"

Antes de explicar el primer teorema del bienestar, que es algo bastante técnico, creo necesario explicar un concepto muy importante: El equilibrio de Pareto. Para efectos de este artículo, no es muy importante quién fue Pareto, pero si alguien está interesado, puede buscarlo en internet. Por el momento, yo me centraré en lo que llamamos el "equilibrio paretiano".

El equilibrio paretiano es un punto en el que ningún agente de la economía tiene incentivos para moverse hacia otro lado; es decir, nadie cambiaría su nivel actual de consumo porque en ese momento, la combinación de bienes, en las cantidades en que los está consumiendo le proporciona la máxima satisfacción posible. Una situación utópica, dirán algunos, y sí, coincido con ellos, es virtualmente imposible alcanzar ese punto en la vida real, pero eso no tiene relevancia ahora, lo importante era sólo definirlo.

Ahora, sabemos que el equilibrio paretiano es el punto en el que todos los agentes de la economía han alcanzado su satisfacción máxima, pero coincidimos en que no es posible alcanzarlo. En este momento entra el primer teorema del Binenestar, ¿y en qué consiste este teorema? Bueno, como su nombre lo dice (TEOREMA), es una condición que se cumple siempre, y dice así: todo equilibrio competitivo es pareto eficiente. En otras palabras, se puede llegar al mismo resultado teniendo un planificador central que asigne recursos a fábricas y personas con la finalidad de maximizar la utilidad social, que dejando que los mercados se acomoden por sí mismos.

Pero aquí surge un problema con respecto al planificador central: este ser tendría que conocer las preferencias de absolutamente todos los consumidores y el modus operandi de todas las industrias del país para poder alcanzar ese equilibrio de Pareto. En cambio, es mucho más factible que los mercados se acomoden por sí mismos. Aquí algunos me dirán: no existe la competencia PERFECTA. Y les digo qu etienen toda la razón, existen las fallas de mercado, pero los mercados libres se aproximan más a la competencia perfecta de lo que los planificadores centrales se asemejan a aquel ser antes mencionado (que prácticamente tendría que ser Dios en la tierrra).

Existe además otro problema con el modelo de planificación central: es estático. Esto quiere decir que no hay incentivos para la reinversión y la maquinaria termina por volverse obsoleta. ¿Por qué? Porque el único que podría cumplir esa función de planificador central es el Estado, que históricamente (y en todas partes del mundo) ha demostrado ser un pésimo empresario. Pero esto no se debe a que los miembros del Estado sean ineptos, sino que se debe, más bien, a que el Estado no quiebra, y por tanto no tiene incentivos para ser eficiente.

Los inversionistas privados, por otro lado, tienen el deber de ser eficientes, porque lo que buscan es la maximización de sus propios beneficios y mantenerse en el mercado. ¿Y si lo que les importa son sus propios beneficios, por qué es bueno para la sociedad que entren al país? Porque si hay un sólo inversionista, podrá manipular los precios para ganar más beneficios a costa de la sociedad, pero si la entrada a ese mercado es libre, todos querrán entrar, y lo harán mientras sea rentable, es decir, hasta que el beneficio económico de estar en ese mercado sea cero (lo mismo que habría buscado el planificador central). Por eso es que mientras menos se restrinja la llegada de capitales, más beneficiados salen los consumidores.

Ahora claro, existen barreras naturales para los nuevos inversionistas, lo que hace que se generen los llamados monopolios naturales, pero el modelo económico libreral acepta, y promueve que el Estado intervenga en esos casos REGULANDO, para hacer que se parezca lo más posible a la competencia perfecta.

Entonces, ahora creo que está un poco más claro por qué los economistas apoyamos el libre mercado. No se trata de un complot mundial cuya única finalidad es mantener la riqueza en manos de los pocos que disfrutan de ella actualmente. Este modelo es una herramienta cuyo único fin es llegar al equilibrio de Pareto. Y aquí no es una cuestión de opiniones, porque la economía es una ciencia, y principios fundamentales como este han sido demostrados tanto matemática como empíricamente, y es por tanto, tan cierto como lo es para un físico que la velocidad de la luz en el vacío es constante, ¿o acaso uno de ellos aceptaría como respuesta que eso depende de la opinión de cada uno?

Las fallas de nuestro sistema

Habiendo dicho todo lo anterior, supongo que muchos se preguntarán por qué es entonces que nuestro país sigue viviendo en la pobreza. Aquí los factores son muchos: mala educación, segregación social, informalidad, etc. Pero la solución no es cambiar el modelo, por un simple motivo: cualquier otro modelo terminará por empobrecernos más en el mediano y largo plazo.

Las políticas sociales son muy importantes, pero no es necesario patear el tablero y deshacernos de las reglas de juego que hemos seguido hasta ahora, porque con eso sólo lograríamos malograr la buena imagen que tiene nuestro país en el exterior, y que ha sido construida en dos décadas de arduo trabajo, lo cual ahuyentaría al capital, la riqueza y el progreso.

No me malentiendan, no digo que nuestro Estado ha sido perfecto en los últimos 20 años, sólo intento recalcar que los problemas no los causa el modelo económico liberal que escogimos, sino una serie de variables que a menudo ni nos molestamos en identificar, porque es más fácil echarle la culpa al capitalismo.

Entonces, hay que atacar esos problemas, manteniendo las reglas de juego, y haciendo cambios sutiles que no afecten nuestra credibilidad, ni aumenten nuestro riesgo-país, que es parte de lo que ven los inversores antes de atreverse a poner dinero en algún lugar.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el valor de nuestro voto?

Bueno, aquí viene algo que me duele hacer, pero me dolería más permanecer indiferente ante todo el asunto. La segunda vuelta nos presenta dos candidatos entre los que no hubiese querido tener que elegir, pero lamentablemente, haciendo un análisis objetivo de sus planes de gobierno, me veo obligado a tomar partido por Keiko Fujimori. Sí, la hija del dictador que permitió las masacres que se dieron en todo el país. Aclaro que en cualquier otra circunstancia no votaría por ella, pero lamentablemente tengo que elegir entre ella y el otro candidato por el que jamás votaría, y a continuación expongo las razones de mi decisión.

El plan de gobierno de Keiko me parece bastante aceptable, y supongo que no es algo que debería extrañarnos tanto, después de todo es una chica muy bien preparada (aunque con nuestra plata....) y que cuenta con asesores que tienen experiencia en el manejo de un país. Todas las cosas malas sobre ella tienen que ver más con su persona que con su plan de gobierno: es la hija del cruel ex-dictador (y canalla) Alberto Fujimori.

Hay quienes dicen que existe el riesgo de que, al igual que su padre, busque imponer una dictadura, pero sobre esto, debo decir que, en mi opinión las probabilidades de que suceda tienden a cero. ¿Por qué? Porque tiene poco más de 35 años, y toda una vida política por delante, que sería muy tonto arruinar desde ya adueñándose del Estado. Además, el país no es tan ingenuo como cuando su papá llegó al poder, no hay una guerra interna, y los peruanos hemos aprendido a valorar un poco más la democracia. Aún si quisiera hacer un autogolpe, no creo que tuviese el mismo apoyo de las masas. Todo esto me parece suficiente para poder estar seguros de que no lo hará.

Ollanta Humala, en cambio, propone un gobierno estatista, intervención en los mercados, renegociación de acuerdos internacionales, cambios en la constitución y demás cosas que sólo conseguirían, por las razones expuestas previamente, alejar la inversión, aumentar la pobreza y destruir la imagen de país confiable que hemos construido en los últimos años.

Hace poco salió diciendo que cambiaría el plan de gobierno para así poder conciliar con los demás grupos políticos....pero esto, en vez de hacer que sume más apoyo, me hace pensar que lo hace perder credibilidad, porque significa que su plan de gobierno es sólo una forma de atraer gente, y nada más. Y si lo cambia de la primera para la segunda vuelta...¿no podría cambiarlo también en caso de llegar al gobierno? En pocas palabras, me parece que lo único que quiere es llegar al poder a toda costa, y sus antecedentes me hacen pensar que de hacerlo, aplicaría el modelo estatista y retrógrado del primer plan de gobierno.

En cuanto a su persona...qué decir...participó intelectualmente en el Andahuaylazo, y desde siempre ha buscado alimentar el resentimiento de la gente con tal de movilizar a las masas para sus propios propósitos, y ni hablar de su admitida admiración por Hugo Chávez y su modelo que es el ejemplo perfecto de cómo empobrecer a un país.

En pocas palabras, Ollanta es un hombre sin escrúpulos, como lo es también Keiko. ¿Pero qué diferencia a ambos? Uno tiene un plan para el país que sólo puede acabar mal, y la otra tiene un plan para el país, que de cumplirse podría llevarnos por la misma senda que venimos recorriendo que que ha significado una disminución en la pobreza de casi 20% (son como 5 millones de personas que antes eran pobres y ahora ya no lo son). Unos dirán que es muy poco lo que se ha reducido... pero les aseguro que si le ofrecen a cualqueir país que su pobreza se va a reducir en casi 20% en 10 años....cualquiera aceptaría esa oferta (salvo Venezuela quizás...). ¿Podría haberse reducido más? No lo sé, quizás si nuestra educación básica y superior no estuviera en tan precarias condiciones, o si los gobiernos no fueran tan corruptos, pero al menos es un avance, y la solución no es apartarse de ese camino, sino corregir los defectos coyunturales.

Reflexión final

Bueno, habiendo dicho todo lo anterior, quisiera invitar a quienes van a votar en blanco a que lo piensen mejor. Nadie quiere votar por una persona inescrupulosa, pero no vamos a votar para elegir al presidente de nuestra consciencia, sino al que va a dirigir a todo un país de 28 millones de habitantes, y que puede significar la diferencia entre que otros 5 millones de personas salgan de la pobreza o que poco a poco nuestra economía comience a estancarse hasta llevarnos hacia donde terminamos después del último gobierno militar.

Es verdad, puede que Keiko libere a su padre, pero también puede que Ollanta libere a su hermano. Me dirán algunos: A. Fujimori mató más gente que Antauro. Y sí, es verdad, pero en primer lugar no puedes comparar vidas por cantidades, porque cualquier vida es invaluable, y en segundo lugar, Ollanta viene con un efecto negativo adicional: su plan de gobierno. Creo que haciendo un balance, la estabilidad económica vale hacer un sacrificio como el que representa ver libre al canalla de A. Fujimori.

Hay veces en que uno tiene que hacer cosas que no le gustan, pero creo que en este caso será por el bien mayor. Es una vergüenza para algunos votar por Keiko, y me incluyo, pero hay veces en que hay que tragarse el orgullo para hacer algo bueno por el país.

Si realmente queremos ayudar a los que menos tienen, tenemos que poner de nuestra parte y exigir mejores políticas sociales, pero no cambiar nuestro modelo económico de libre mercado. Creo que en momentos así hay que taparse la nariz y votar por quien representa la continuidad del modelo. Dejemos de lado nuestro orgullo por un momento, para cuando no haya tanto en juego.


César Urquizo
14 de abril de 2011

martes, 1 de marzo de 2011

43

El sábado fue mi simulacro de examen de manejo en Conchán. Del grupo de quince personas, yo era una de las más tranquilas. Tuvimos que esperar casi dos horas a que los inscritos terminaran de dar su examen oficial para que nosotros podamos entrar al circuito. No me atreví a ser la primera, pero sí segunda. No sé cómo, pero fue demasiado rápido. Se me pasó poner un par de direccionales y, cuando menos lo esperaba, ya me estaba cuadrando en diagonal, tenía tantas cosas en la cabeza, tanto por tener en cuenta, que olvidé mirar hacia atrás para retroceder y eso ocasionó el grito del veedor, a quien yo veía vociferar sin entender nada más que un "bla bla bla". Después, di la vuelta y estacioné casi de inmediato en paralelo. Con la confianza que había tenido en las prácticas, logré un estacionamiento perfecto. Recuperé la respiración a ritmo normal hasta que, en la pendiente, no pude hacer bien el juego embrague-acelerador y me fui un poco para atrás. Terminé el circuito y mi presión dejó de retumbar en mi caja torácica. Tras esperar unos quince minutos, nos dieron los resultados o, más bien, los errores. 1. Mantuve baja velocidad, 2. No puse una direccional, 3. No miré atrás en diagonal, 4. Apreté mucho el acelerador en la pendiente (es que si no, me iba para atrás). Luego de escuchar todo eso, pensé que tendría un puntaje bajísimo; sin embargo, logré un 43 sobre 52 y para aprobar se necesita un 46. Nada mal, eh? Sobre todo cuando los señores de terno tuvieron menos puntos que yo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Caca de perro

El sábado en la noche pisé caca de perro. Todo pasó después de ver La Rosa Púrpura de El Cairo (Woody Allen) en casa de Marci. Teníamos calor, así que decidimos salir al jardín para tomar aire fresco. Los columpios vacíos parecían una buena idea, nos aproximamos, nos sentamos y comencé a percibir cierto olor peculiar. Levanté la zapatilla derecha y me percaté de que tenía una nueva suela de aromas naturales. Mierda. Marci trajo tres hojas de papel toalla, insuficientes para la dimensión del problema. Recordé que tenía mi mochila con sandalias en la maletera de su carro y sin salir del jardín me las puse. Ya con las dos zapatillas en la mano (resulta que la izquierda también había sido afectada), nos dirigimos al caño del otro jardín, donde empezamos la increíble hazaña de regresar a mis zapatillas a su estado anterior. Agua, papel toalla, hisopos, refriega y refriega. El papá de Marci salió y nos sugirió ir al patio, donde podíamos usar escobillas y detergente. Intercambiábamos de zapatillas para lograr un mejor resultado. Romántico, ¿no?

lunes, 17 de enero de 2011

Encomienda

Giuliana y yo estábamos trabajando tranquilas en el primer piso que tiene a un lado nuestras computadoras y unas cajas de libros al otro. De repente me dice que había un loco afuera. Ese loco volteó. Ese loco se acercó a la ventana. Ese loco golpeó la ventana. Ese loco nos gritó: "¡Señoritas! ¡Mi encomienda! ¡Señoritas!". Como no volteamos, golpeó con una piedra que tenía en la mano la ventana mientras no dejaba de gritar, luego se quedó callado y yo, sin despegar los ojos de mi pantalla, llamé a Erick una, dos, tres veces. Le pedí que bajara rápido y, como todo macho que se respeta,le dijo que se fuera cada vez más y más fuerte, hasta que terminó en un grito bastante audible. Aparentemente, un policía pasó porque giró y corrió exclamando: "¡Serenazgooo!". En ese momento, bajó Pedro y preguntó qué había pasado. No volvimos a saber de él.

Hora de almuerzo

Hoy la nueva administradora desapareció. Hay varias teorías: Sandra la mató, ella mató a Sandra, la mataron en Plaza Vea, la sirvieron en Plaza Vea, Pedro la invitó al cine, etc. El punto es que nadie sabe qué pasó con ella. La hora de almuerzo acababa a las 3 y son las 5 y nadie sabe nada de ella. Fuera de tener una pésima redacción, me caía bien, parecía emocionada con su trabajo. Era su primer día. Los rumores dicen que ya no regresa. Casi le dan la llave.

viernes, 14 de enero de 2011

Lonchera

Otro día soleado en Mesa Redonda. Los estómagos advertían que la hora de almuerzo se acercaba. Todos nos dirigimos a la cocina para calentar los tapers en el microondas. Pasó uno, pasó otro y, cuando era mi turno, quise destapar mi comida para que se calentara mejor, pero estaba ajustada. Intenté de una forma, intenté de otra. Empecé a gruñir por desesperación y hambre. La lucha hizo que usara papel toalla para manipular mejor el taper. Era la última que faltaba, comía uno, comía otro. Solté un gruñido más fuerte y separé, con toda la fuerza que pude utilizar, la tapa del taper. Lo logré, calenté mi comida y fui feliz de nuevo.

jueves, 13 de enero de 2011

El primer escalón

Ayer fue mi primer día en el gimnasio. Pregunté dónde quedaba el baño en el frontdesk y me miraron como si tuviera alguna malformación en la cara. Después de cambiarme, me acerqué a uno de los trainer y le dije que era mi primer día. Le pedí una rutina y me indicó una bicicleta estacionaria, la programó, masculló algo inaudible y, cuando me animé a preguntarle qué había dicho, ya no estaba. Empecé y, a los quince minutos, decidí que era una buena opción detenerme. "¿Cuánto tiempo me habías dicho?", resulta que eran veinte y que la máquina se apagaba sola, silly me. El trainer hizo un gesto de "qué más da" y me mandó a hacer abdominales, no sin antes pronunciar con voz burlona "Sí sabes lo que son abdominales, ¿no?". Hice dos rutinas más en máquinas diferentes hasta que el trainer me llevó a la caminadora y me especificó que se apagaría sola después de veinte minutos. Mientras caminaba y jugaba con las velocidades, veía cuatro canales de TV al mismo tiempo. Solo interrumpí mi maratón en dos ocasiones para amarrarme el pasador. Se apagó y me dispuse a ir al baño, pero, al bajar, unos mareos me atacaron y supuse que así se sentiría si bajara de un barco. Luego de asearme me dirigí a la puerta, un poco orgullosa de mí misma, pues no me dolía nada. Salí y me aproximé a las escaleras, el estacionamiento estaba arriba. Subí el primer escalón y un dolor punzante atacó a mi pierna izquierda mientras me apoyaba en la baranda para no caerme, "quizá mañana sí me duele".

miércoles, 12 de enero de 2011

Rutina

Don Pancho ha salido a comprar el pan. Lleva tantos años tomando el mismo camino que puede hacerlo con los ojos cerrados. Mientras espera ser atendido, repasa los demás productos para ver si hay algo nuevo que pueda interesarle. Nada. Solo en una ocasión consideró un paquete de pequeños panecillos dulces, que no lograron salir del establecimiento y se quedaron abandonados a su suerte en la zona de embutidos. Tres panes franceses, por favor, solicita Don Pancho. La muchachita al otro lado del mostrador es nueva, piensa, al mismo tiempo que ella se dispone a realizar el pedido. De regreso a su casa decide entrar a la tienda de mascotas que hace poco han inaugurado en su cuadra. El peculiar aroma del lugar lo hace percatarse del pan y opta por regresar más tarde, sin que haya alimentos perjudicados por su reciente curiosidad.