viernes, 14 de enero de 2011

Lonchera

Otro día soleado en Mesa Redonda. Los estómagos advertían que la hora de almuerzo se acercaba. Todos nos dirigimos a la cocina para calentar los tapers en el microondas. Pasó uno, pasó otro y, cuando era mi turno, quise destapar mi comida para que se calentara mejor, pero estaba ajustada. Intenté de una forma, intenté de otra. Empecé a gruñir por desesperación y hambre. La lucha hizo que usara papel toalla para manipular mejor el taper. Era la última que faltaba, comía uno, comía otro. Solté un gruñido más fuerte y separé, con toda la fuerza que pude utilizar, la tapa del taper. Lo logré, calenté mi comida y fui feliz de nuevo.

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