jueves, 14 de enero de 2010

Locuras de ocasión

Cuando creí que la inspiración ya había llegado, no era cierto. Sólo estaba jugando conmigo. Busco y busco un tema, pero no encuentro. Aparentemente, la falta de inspiración, según César, es la forma del subconsciente de decir "Hoy no quiero escribir". Mi subconsciente me desafía cantando "No puedes escribir si yo no tengo ganas, ríndete o te saldrán canas". Muchos - y me incluyo en ese grupo - sostienen que, si sueñas algo, no es simplemente imaginación, sino un mensaje que esa vocecita quiere hacer llegar. Basta de ser perseguida por decisiones que no saben si están a punto de ser tomadas.

Me gusta el color negro y sonrío todos los días. Estereotípicamente contradictorio? No me juzguen por las apariencias. Muchas zapatillas, "Angie, es tiempo de que uses taquitos", comodidad ante todo. Al diablo con el qué dirán. Si te dan ganas de hacer algo, házlo! Habrá consecuencias tanto si actúas, como si no. No dejes que la vida te ilusione y te haga creer que no puedes alcanzar aquello que se escapa de tus manos. Siempre puedes estirar tus dedos y, aunque sea, rozarlo. Si te hacen cosquillas, ríete. Me sigue gustando el color negro.

No dejaré que mis recuerdos sean devorados por polillas. Tengo la sensación de que una gran aventura se aproxima. Cara buena al mal tiempo, literalmente. Me congelaré; sin embargo, no dejaré de hacer reír a los demás y de sonreír satisfecha al terminar el día. Demasiado optimismo puede decepcionarme? No lo creo, lo dosificaré.

Dicen que no hay que mezclar papas con camotes. Quién impuso eso? Las papas te gritan porque has hecho algo mal, los camotes te consuelan y susurran "Todo estará bien". Cuántas veces he escuchado esas palabras? Tienen cierta magia, pues me recuperan, me llenan de esperanzas. Quizás, muy dentro de mí, sepa que es eso lo que recibiré de parte de mis seres queridos cada vez que me caiga. Es parte de vivir. La perfección aburre - esa frase es perfecta.

Quisiera estar a tu lado. También quisiera volar, mas "No se puede tener todo en esta vida" dicen algunos. Qué más da, es tiempo de arriesgar. Si no gano, se lo recriminaré al dicho. Tengo alas, no funcionan. Falta un empujoncito. Cuidado que me caigo y derramo un par de lágrimas. Salgo del nido para conocer el mundo. Allá voy, recíbanme con los brazos abiertos o, al menos, con una sonrisa en la cara. No hay ni rastro de una para mí? No importa, tengo varias en mi bolsillo. Mi equipaje de mano es la esperanza, un cosquilleo en el estómago y una pizca de paciencia. Ah! Un par de curitas nunca está de más.