lunes, 30 de julio de 2012

La ceguera de la distracción

Santiago me recibió de madrugada con CERO grados y un ventarrón que casi me hace perder una oreja. Lo primero que hice al llegar a casa de mi tía fue quitarme los lentes de contacto, botarlos y dormir. Total, en la maleta estaban los nuevos. Ya al mediodía desperté peleando con todo mi ser y me dispuse a abrir la maleta que, curiosamente, tenía el segurito de la aerolínea, no mi candado. Lo abrí y, ay, no era mi maleta. Para empeorar las cosas, mis lentes de contacto y de montura estaban en la maleta no habida. Llamamos y, tras seguir el protocolo, nos dijeron que estaba en el aeropuerto. En el camino, veía formas borrosas y luces psicodélicas en los túneles. Llegamos, fuimos a la "Estación de equipaje", devolví lo que no era mío (cual lección de infante) y pude ver de nuevo.

lunes, 23 de julio de 2012

Maleta para Santiago

Los saluda Angie desde Lima, Perú, reportando su última semana en estas tierras antes de partir al sur. Como no voy a poder evitar algunas catástrofes que se volverán anécdotas, este seguirá siendo el espacio para compartirlas. Pensé en crear otro blog, pero tendría que ponerme reglas y lo bonito de esto es que no es un diario, es un cuandomedalaganario.

Por lo pronto, estoy decidiendo qué juguetes llevaré. Así de serio es el asunto.